Soy Alberto y esta idea de A-Mix surgió hace algunos años tras un verano que cambiaría mi vida por completo. En 2014 fui por primera vez de voluntario a Nueva York a participar en una organización llamada Sprout. Mi trabajo consistía en viajar con personas con discapacidad intelectual, asistirlos en sus actividades diarias, planear el itinerario del viaje y simplemente divertirnos.
Lo de los viajes sonaba muy bien, ¿a quién no le gusta conocer nuevos lugares gratis? Pero nunca pensé que lo que en verdad transformaría por completo mi visión de la vida sería la convivencia con todas las personas que participan en el programa. Hice buenos amigos (con y sin discapacidad intelectual), me enseñaron a vivir el presente, a olvidarme de las preocupaciones banales y, lo más importante, a apreciar a todos los seres humanos sin importar lo diferentes que seamos en apariencia.
Al final las similitudes son mucho más grandes. Aprendí que estamos juntos en este bello viaje al que llamamos vida. Sin importar nuestro aspecto, color, origen, situación económica, gustos, limitantes físicas o mentales, todos tenemos problemas, sueños e ilusiones. Y así, juntos, creamos memorias en común y forjamos relaciones que nos hacen más enriquecedor el viaje.
Como voluntario, pensé que iba para darle mucho a la organización, pero lo cierto es que recibí mucho más de lo que di. Ahora, a través de A-Mix, quiero que más personas tengan una experiencia similar en mi ciudad, León, para que construyamos una sociedad en la que convivamos todos juntos fijándonos en las similitudes y no tanto en las diferencias.